
Los inicios de maíz (o “choclo” como decimos en Chile) se remonta a los agricultores nativos del centro sur de México, quienes hicieron un largo trabajo de domesticación que inició hace unos 9.000 años a partir del teocinte, una pequeña espiga incomestible con no más de 6 a 12 semillas envueltas por una dura corteza. A través de un largo proceso de selección y cruce, se fueron guardando y cultivando los ejemplares de mayor tamaño, con un número considerable de granos digeribles, y que se adaptaran mejor a distintas condiciones ambientales, llegando así a obtener una mazorca comestible que en nada se parecía a su ancestro. Curiosamente, solo el cambio en 5 genes produjo la colosal diferencia morfológica entre el teocinte y el maíz.
Durante miles de años las culturas mesoamericanas adoptaron el maíz en sus modos de vida agrícolas y ceremoniales, y lo desarrollan en las diversas formas que vemos hoy. Ese proceso de selección y mejoramiento ha proseguido hasta la actualidad sobre todo para la producción de variedades de maíz para agricultura de gran escala, convirtiendo a esta gramínea en el alimento básico de mayor producción a nivel global.
Sin embargo, también hay agricultores que han recuperado variedades nativas, y una de ellas es la que trata este artículo: la maravillosa variedad multicolor “Glass Gem” que ves en la foto de portada. Y no, no es photoshop, su gama de colores es real y se obtuvo después de una interesante travesía de fitomejoramiento.
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